¿Has escuchado historias en donde, por falta de preparación, algo sale mal? En este artículo te presentaremos el tráiler de algunas películas de terror evitables al conversar en inglés, cuando se tiene una sólida preparación.
1. Pánico en el intercambio
A menudo escuchamos que alguien se va al extranjero y pasa momentos de estrés al no poder comunicarse con fluidez en el idioma del país. Las señales, la información, conversaciones, todo se vuelve una fuente de angustia cuando no se domina el inglés.
Peor aún, sumado al choque cultural, el no poder sostener conversaciones en inglés puede acentuar la sensación de soledad y tristeza cuando te encuentras fuera de tu país de origen y lejos de las personas que conforman tu círculo más cercano.
En estos casos, lo aconsejable es mantener la cabeza fría, recordar el objetivo por el que decidiste emprender el viaje y saber que la recompensa vale la incomodidad de no hablar en inglés asumiendo que, con voluntad y esfuerzo, esta será transitoria.
No hay que perder de vista que el contexto ofrece una oportunidad privilegiada: la de estudiar inglés en el extranjero.
2. Una entrevista de espanto
Las personas a quienes entrevistan para el puesto de trabajo de sus sueños pueden pasar de la ilusión al desánimo por falta de un conocimiento sólido del idioma inglés, una competencia que las empresas buscan en sus colaboradores y que, en parte, se valida a través de una entrevista en inglés.
Pero incluso, si decides emprender y piensas que así te librarás de otra temible entrevista en inglés, lo cierto es que el no dominar esta lengua podría comprometer el servicio que ofrezcas a tus clientes o limitar el alcance de tu negocio.
Esta es la razón por la que estudiar inglés en el extranjero o en tu país de origen se convierte en una tarea irrenunciable con independencia de cuál sea tu proyecto profesional.
3. Una conversación de pesadilla
Imagina que estás de paso en un país extranjero. Comienzas a sentir apetito y vas a una cafetería cercana. Ves el menú, sabes exactamente lo que quieres ordenar y ahí es donde empieza la historia de horror: te sientes inseguro de tu inglés conversacional y en el momento no te salen las palabras para pedir lo que quieres, o peor, terminas ordenando algo que resultó ser muy distinto a lo que realmente quería pedir.
La buena noticia es que siempre puedes evitar verte en estas circunstancias al practicar en inglés conversacional, en un entorno de aprendizaje amable, en donde sea posible equivocarse y rectificar sin consecuencias.
4. Una velada de terror
Te reúnes con unos amigos para celebrar un cumpleaños y de manera inesperada, alguien llama tu atención. Él o ella dan señales, a lo lejos, de corresponder tu interés. Al fin decides acercarte y cuando te saluda, te das cuenta de que -literalmente- no hablan el mismo idioma. Haces tu mejor esfuerzo, pero a pesar de ello, estás consciente de que no es el mejor momento para practicar en inglés, sino uno en el que te convendría mostrar que lo dominas.
Para empeorar la situación, un tercero compite por la atención de quien te interesa con la ventaja de que él o ella sí que domina el inglés.
5. Unos modales de miedo
Con frecuencia ocurre que, al conversar en inglés, una persona desconocida tiene un gesto de cortesía o te hace algún cumplido por el que te sientes agradecido, pero ante el que no sabes cómo responder de manera apropiada.
Por eso, un aspecto importante que debes considerar desde tus primeras lecciones, es el cómo corresponder a la amabilidad de otras personas en las conversaciones en inglés. De esta forma, aunque sea evidente que estás aprendiendo, tus interlocutores se sentirán tratados con la debida consideración al intentar hablar en inglés.
Estas situaciones dignas de un thriller pueden transformarse en algo muy distinto, gracias a la preparación en inglés avanzado que ofrecemos en Harmon Hall. Acércate a nosotros, comienza tus estudios para lograr lo que te propongas y déjale al cine las historias de terror.
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